
En un esfuerzo por abordar uno de los problemas más críticos del sistema penitenciario argentino, el gobierno provincial ha lanzado un innovador programa destinado a reducir la reincidencia entre los presos. Este nuevo enfoque, denominado «Manos a la Obra,» busca transformar las cárceles en centros de formación y trabajo, donde los internos puedan adquirir habilidades laborales y responsabilidad individual.
El programa tiene como objetivo principal fomentar la adquisición de habilidades laborales a través de la formación en oficios. Según Bullrich, «Manos a la Obra es igual a ocio cero. El ocio no es un tratamiento penitenciario; es entrar en la cultura tumbera y no lo vamos a permitir. Esa es la cultura de la destrucción social.» La ministra enfatizó que el trabajo es una herramienta clave para la reinserción social, y que no se permitirá la cultura del ocio en las cárceles, ya que fomenta la descomposición social y una cultura criminal.
El programa implementará el Servicio Penitenciario Federal en todo el país, con el objetivo de que todos los presos trabajen en las cárceles. Esta medida busca disminuir el ocio en las cárceles y promover la responsabilidad individual de los presos, mejorando así las condiciones de las instalaciones penitenciarias. Además, el sistema biométrico de control de asistencia será implementado para registrar y monitorear las actividades laborales de los internos, lo que garantizará una mayor seguridad, eficiencia y efectividad en el registro y monitoreo de las actividades laborales.
Aunque el programa ha sido bien recibido por algunos sectores, también ha generado críticas. Los críticos argumentan que el trabajo penitenciario, aunque importante para la rehabilitación, no debe ser un castigo adicional. Más bien, debe ser una oportunidad para que los presos adquieran habilidades útiles para su vida tras la prisión. Organizaciones de derechos humanos han señalado que los reclusos pueden ser sometidos a jornadas laborales excesivas y condiciones inhumanas, lo que plantea un desafío para Argentina si desea implementar un modelo similar sin repetir estos errores. Sin embargo, el control estricto del Servicio Penitenciario Federal será responsable de la implementación y supervisión del programa, y será clave para garantizar que los derechos de los presos sean respetados.