
Más de 16,000 personas privadas de libertad iniciaron las clases del ciclo lectivo 2025 en las escuelas de los niveles Primario y Secundario que funcionan dentro de las cárceles bonaerenses. Esta iniciativa, impulsada por la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires en coordinación con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, busca no solo mejorar la educación formal sino también facilitar la reinserción social de los internos.
Las ceremonias de inicio del ciclo lectivo se llevaron a cabo en cada uno de los establecimientos carcelarios que dependen del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), con la participación de autoridades educativas y penitenciarias. La educación formal se ofrece a las personas privadas de libertad a través de una coordinación estrecha entre los organismos mencionados, con el objetivo de promover la formación integral y reducir la reincidencia delictiva.
El proceso de inscripción de la matrícula está en curso y se estima que superará la cifra de 16,000, debido a que el ciclo 2024 culminó con 5,972 alumnos en el nivel primario, 7,308 en el Secundario, a los que se suman 511 del nivel terciario y 2,245 universitarios.
En cuanto a la modalidad de las clases, el nivel primario se divide en dos ciclos: el primero de formación integral y el segundo de formación por proyectos. Los alumnos se dividen generalmente en tres turnos: mañana, intermedio y tarde. En la Secundaria, se ofrecen orientaciones en Ciencias Sociales, Economía y Administración, Producción de Bienes y Servicios, Gestión y Comunicación, y Ciencias Naturales. Además, en dos Unidades Penitenciarias de la Provincia funcionan extensiones de Escuelas de Educación Técnica, una en la Unidad 1 Olmos y otra en la Unidad 15 Batán.
Para aprobar el nivel secundario, las personas privadas de libertad deben transitar tres años de estudio con al menos cuatro horas de cursada diarias. La educación en contexto de encierro es un eje esencial para procurar la baja de reincidencia en el delito, y se impulsa y destaca desde la gobernación de Axel Kicillof. Este enfoque no solo busca mejorar las condiciones de vida dentro de las cárceles sino también preparar a los internos para reintegrarse a la sociedad de manera efectiva.