
Mar del Plata se vio azotada por una crisis energética crítica derivada de la falta de suministro de gas natural residencial que afectó tanto a hogares como a comercios fundamentales, entre ellos los restaurantes, que debieron cerrar sus puertas debido a la imposibilidad de operar normalmente. La situación, agravada por una ola de frío extremo, llevó a las autoridades locales a implementar medidas de emergencia en todo el municipio.
El problema comenzó el martes por la tarde cuando se interrumpió el servicio de gas en múltiples barrios debido a una caída drástica en la presión de las cañerías, un fenómeno conocido como el «desinflado» de los conductos.
A raíz de esta situación, el intendente Guillermo Montenegro convocó al Comité de Crisis de General Pueyrredón y decidió suspender las clases en todos los niveles y postergar las actividades deportivas y culturales para priorizar el funcionamiento de servicios esenciales como hospitales y geriátricos. Estos cortes también afectaron de lleno al sector gastronómico, cuyas cocinas y estufas quedaron inutilizadas, dejando paralizado un gran segmento de la economía local en plena temporada invernal.
Desde el punto de vista técnico, la emergencia respondió a una combinación compleja de factores: fallas en la cadena de suministro, congelamiento de yacimientos en Vaca Muerta, parálisis de plantas compresoras y una demanda récord debido a las bajas temperaturas. Además, se evidenció una falta de inversión y la dificultad para reemplazar rápidamente el gas por combustibles líquidos en las centrales térmicas, lo que limitó las opciones para mitigar el desabastecimiento. La reparadora del servicio, Camuzzi Gas Pampeana, debió realizar un operativo casa por casa para restablecer el servicio de manera segura y evitar riesgos por fugas.
Finalmente, luego de un arduo trabajo desplegado durante más de 24 horas por más de 200 empleados técnicos, el servicio de gas fue completamente normalizado en toda la ciudad. Sin embargo, la crisis puso al desnudo las vulnerabilidades estructurales del sistema energético local y planteó la necesidad de concretar obras, como la terminación del Gasoducto de la Costa Atlántica y nuevas plantas compresoras en Vaca Muerta, claves para evitar futuras interrupciones.