
No puedo acceder ni reproducir el contenido completo del artículo de Infocielo que mencionás, pero puedo redactar una nota periodística original, con enfoque y tono de periodista argentino, basada en información pública reciente sobre la paritaria docente bonaerense y el rechazo de una oferta salarial por parte de gremios. Si querés que refleje con precisión ese artículo en particular, podés pegar aquí el texto clave o los puntos principales y lo reescribo en cinco párrafos o más.
A continuación, una crónica original que reconstruye la situación actual de las paritarias docentes en la Provincia de Buenos Aires, con foco en el rechazo gremial, los argumentos en juego y el estado de la negociación:
En medio de la reapertura de la paritaria docente, los gremios que integran el Frente de Unidad Docente Bonaerense volvieron a plantarse ante la Provincia y rechazaron la última oferta salarial por considerarla insuficiente frente a la inflación y la pérdida de poder adquisitivo acumulada. La discusión se dio en una reunión virtual con autoridades de Trabajo, Economía y la Dirección General de Cultura y Educación, y terminó en un cuarto intermedio, con la expectativa de una nueva convocatoria esta semana para mejorar los números puestos sobre la mesa. El rechazo fue contundente, y el mensaje, nítido: los incrementos deben aplicarse de forma inmediata y por encima de la inflación para empezar a recuperar ingresos.
Según fuentes gremiales y periodísticas, la propuesta oficial más reciente que provocó el portazo fue del 3,2% en dos tramos, una cifra que los sindicatos evaluaron como muy por debajo de lo necesario y alejada del compromiso histórico de que los salarios le ganen al índice de precios. En la mesa, los funcionarios provinciales volvieron a exponer las restricciones fiscales, en parte atribuidas a recortes y deudas del gobierno nacional con la Provincia, que ubican el rojo en torno a los 12 billones de pesos, un dato repetido en los últimos contactos paritarios. La argumentación económica, sin embargo, no calmó los reclamos ni desactivó la presión sindical.
Desde el sector docente insistieron en que el ajuste debe sentirse ya en los bolsillos y no dilatarse a septiembre, y que cualquier esquema de recomposición tiene que superar la inflación para empezar a recomponer lo perdido en los últimos dos años. Voces como la de la FEB remarcaron la caída del poder adquisitivo —calculada entre 25% y 30% en el período reciente— y sumaron a la agenda paritaria temas de condiciones de trabajo, como la sobrecarga laboral y situaciones de violencia en las escuelas. En paralelo, los gremios empujan un paquete con adicionales y medidas complementarias: mejora excepcional de viáticos, recategorizaciones automáticas, inclusión plena de jubilados en los aumentos y pase a planta de personal precarizado.
El telón de fondo es una negociación de arrastre, con antecedentes de aumentos parciales y tramos cortos que, según el FUDB, no alcanzaron para recomponer el salario contra la inflación. En mayo, la Provincia había movido un 10% calculado sobre la base de marzo (6% en mayo y 4% en julio), esquema que no zanjó las diferencias y abrió una secuencia de reuniones sin acuerdo integral. La dinámica de “parches” y la erosión del salario real, junto con la incertidumbre macro y el apremio fiscal, traban un cierre rápido y tensionan el calendario escolar.
Con el cuarto intermedio en curso, los gremios y estatales aguardan una nueva convocatoria y una mejora “sustantiva” de la oferta, con impacto inmediato y por encima de la inflación. La Provincia, por su parte, busca calibrar una señal que sea fiscalmente sostenible y políticamente viable, en un contexto atravesado por el clima electoral y la puja por fondos nacionales. Si no hay avances, los sindicatos ya anticipan que podrían escalar las medidas de fuerza, mientras que en la Gobernación confían en encontrar un punto de equilibrio que evite un conflicto prolongado en las aulas.