Comprar una vivienda en la provincia de Buenos Aires se ha convertido en una verdadera odisea para la mayoría de los trabajadores. El costo para acceder a una casa propia ha escalado tanto que hoy, en promedio, se requieren cerca de diez años de sueldos completos para adquirir una propiedad estándar, lo que refleja las profundas dificultades que atraviesa el acceso a la vivienda en el país.
La ecuación es contundente: según un informe realizado por la Asociación de Pymes de la Construcción bonaerense (Apymeco) y el Ripte, el costo total para levantar una casa de 100 metros cuadrados ronda los $186.534.815. Este monto, calculado con los precios de agosto, equivale a un esfuerzo salarial de casi 150 sueldos netos promedio, tomando como referencia los $1.253.865 por mes que cobra un trabajador registrado, lo que representa destinar la totalidad del ingreso durante aproximadamente 12,4 años sin consumir nada de ese salario en otros gastos, una situación impracticable en términos reales.
El panorama se complica aún más si se considera la constante suba de los precios de los materiales de construcción y la depreciación del salario real. El valor del metro cuadrado, medido en moneda local, aumentó significativamente durante los últimos meses, y aunque en dólares mostró una leve baja, la posibilidad real de alcanzar la casa propia se vuelve cada vez más lejana para la mayoría de los asalariados.
A esto se suma la variabilidad de los precios del mercado inmobiliario según la ubicación. Mientras que en zonas céntricas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el valor del metro cuadrado puede superar los USD 2.400, en localidades más alejadas o en el interior provincial los valores son algo menores, pero igualmente inaccesibles para la mayoría de los trabajadores. Además, los relevamientos del sector muestran que, para una casa estándar en la provincia, el costo de construcción parte de los USD 1.200 por metro cuadrado, cifra que no incluye el valor del terreno, elemento muchas veces subestimado pero determinante en la ecuación final.
De este modo, el sueño de la casa propia en la provincia de Buenos Aires queda relegado a un horizonte cada vez más distante. Los sindicatos y actores del sector alertan sobre la necesidad de políticas públicas de acceso a la vivienda. No solo se trata de un fenómeno inmobiliario, sino de un problema social de envergadura: la imposibilidad de acceder a un techo propio afecta la estabilidad y planificación de miles de familias bonaerenses, acentuando la desigualdad y la vulnerabilidad habitacional.