
**Desarrollo de una Nueva Variedad de Maíz en Argentina: Un Proyecto Conjunto entre la Provincia y la UBA**
En un esfuerzo por revitalizar y diversificar la producción agrícola en la región, la provincia de Formosa y la Universidad de Buenos Aires (UBA) están trabajando juntas en un proyecto ambicioso para desarrollar una nueva variedad de maíz. Este proyecto, que busca reintroducir razas autóctonas de maíz, es un paso importante hacia la sostenibilidad y la diversificación de los cultivos en la zona.
La iniciativa, liderada por investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA, tiene como objetivo principal reintroducir maíces nativos adaptados a las condiciones ambientales del Nordeste Argentino. Estas variedades, que han sido históricamente importantes en la región, han sido poco cultivadas en los últimos años. Sin embargo, su reintroducción puede aportar no solo una mayor diversidad genética, sino también una mayor resistencia a enfermedades y condiciones climáticas adversas, lo que podría mejorar la disponibilidad de alimentos y los ingresos económicos de las comunidades locales.
«El objetivo es recuperar un material genético de gran variabilidad y valor culinario,» explicó Julián Cámara Hernández, investigador de la cátedra de Botánica Agrícola de la FAUBA, quien ha dedicado más de 35 años a estudiar estas razas de maíz. «Es una experiencia excepcional a partir de la cual se incorporarán a la producción de semillas de especies nativas disponibles en bancos de germoplasma.»
La comunidad qom Potae Napocna Navogoh, ubicada en la provincia de Formosa, ha sido un aliado crucial en este proyecto. La colaboración entre la comunidad y los investigadores de la UBA busca no solo mejorar la producción agrícola, sino también preservar la cultura y la tradición de los pueblos originarios. «Este proyecto no solo es sobre maíz, sino también sobre la recuperación de una parte importante de nuestra identidad cultural,» destacó un miembro de la comunidad qom.
La reintroducción de estas variedades autóctonas también tiene implicaciones importantes en términos de sostenibilidad y mitigación del cambio climático. Al promover la diversidad genética, se reduce la dependencia de variedades híbridas que pueden ser más vulnerables a las condiciones climáticas extremas. Además, la producción de semillas nativas puede ayudar a reducir la huella de carbono en la agricultura, ya que estas variedades suelen requerir menos insumos y prácticas de cultivo intensivas.
En resumen, el proyecto de maíz autóctono es un ejemplo inspirador de colaboración entre la academia y la comunidad, que busca no solo mejorar la producción agrícola, sino también preservar la cultura y la biodiversidad en la región. Con su enfoque en la sostenibilidad y la diversificación, este proyecto es un paso importante hacia un futuro más resiliente y sostenible para la agricultura argentina.