
Francisco Echarren convoca a intendentes de todos los partidos para enfrentar la amenaza de paralizar obras, advirtiendo sobre el impacto devastador en comunidades y empleo.
Ante la advertencia de Javier Milei sobre la posibilidad de detener la obra pública, el intendente de Castelli, Francisco Echarren, ha alzado la voz llamando a la acción. Considera que frenar estos proyectos sería un «golpe de gracia» para los municipios y está organizando un «piquete» de protesta en conjunto con otros líderes locales.
Echarren alerta sobre el riesgo de dejar «un cementerio de obras abandonadas con miles de vecinos despedidos». En una entrevista con INFOCIELO, expresó la importancia vital de la obra pública para las ciudades y municipios, señalando que solo en la Provincia de Buenos Aires podrían haber hasta 300 mil despidos, afectando también al comercio local.
El intendente insta a la unidad de los intendentes, independientemente de sus afiliaciones políticas, para evitar este escenario catastrófico. Para Echarren, detener la obra pública sería «un golpe letal para nuestra gente y para nuestros distritos», y destaca que reiniciar proyectos después de ser interrumpidos sería un proceso largo y complejo.
En este contexto, se revela que entre las más de 2700 obras públicas en la provincia de Buenos Aires, algunas de las más costosas podrían quedar paralizadas. Ejemplos notables incluyen la ampliación del Río Salado en 25 de Mayo y la obra de asfalto en Los Cardales. La incertidumbre también afecta a proyectos recién iniciados, como la red primaria de agua en Lanús Oeste y la mejora de la Ruta Nacional 3 en Villarino.