La provincia de Buenos Aires fue golpeada por un intenso temporal que se desató el viernes 24 de octubre y se extendió durante la madrugada del sábado, dejando a su paso lluvias torrenciales, fuertes ráfagas de viento y la inminente crecida de arroyos. Según datos oficiales del Servicio Meteorológico Nacional, en apenas 24 horas se registraron 123 milímetros de agua caída en algunas zonas, cifra que superó ampliamente la media habitual para este mes y provocó severos anegamientos en varias localidades bonaerenses.
El fenómeno climático ocasionó múltiples daños materiales: techos volados, ingreso de agua en viviendas y calles convertidas en verdaderos ríos, dificultando tanto el tránsito vehicular como peatonal. Municipios como Arrecifes, Salto, San Antonio de Areco, Carmen de Areco, Junín, Castelli, Marques Paz, Tandil, Tres Arroyos, Coronel Suárez, General Lamadrid, Florentino Ameghino, Leandro N. Alem, La Matanza, San Martín, Quilmes, Berisso y Partido de La Costa, entre otros, figuran entre los más afectados y continúan reportando novedades a medida que evoluciona el clima.
Frente a este escenario, el gobernador Axel Kicillof monitorea la situación desde el primer momento y el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, a cargo de Andrés Larroque, articula tareas de acompañamiento y asistencia junto con los municipios damnificados. El trabajo coordinado involucra la Dirección de Intervención Social en la Emergencia, Defensa Civil provincial, los Comités de Emergencia municipales y organizaciones que forman parte de la Mesa de Respuesta Comunitaria en la Emergencia.
La dinámica de los operativos implica que el despliegue pleno de recursos se desencadene una vez que cesan las lluvias; solo entonces se torna posible relevar con precisión los daños y la cantidad de familias afectadas. Mientras tanto, las autoridades recomiendan a la ciudadanía prudencia y el uso de vías oficiales ante cualquier necesidad: los teléfonos de emergencia 911 (seguridad), 107 (emergencias sanitarias) y 103 (Defensa Civil local) permanecen habilitados para asistir a la población en riesgo.
Las tareas de ayuda se mantendrán durante las próximas horas y días, priorizando las zonas de mayor vulnerabilidad y profundizando la colaboración entre los distintos estamentos del Estado. “El objetivo es reforzar los operativos en las zonas más comprometidas y acompañar a cada municipio en la asistencia directa a los vecinos”, enfatizan desde la cartera social, en un contexto donde la coordinación y la solidaridad resultan claves frente a las adversidades que impone el clima.