
**La Salada Vuelve a Operar: Reapertura con Bancarización Obligatoria y Monitoreo Estatal**
En un giro significativo, la feria de La Salada, un complejo comercial de gran relevancia en la provincia de Buenos Aires, ha reabierto sus puertas después de una clausura judicial que duró casi un mes. Este regreso no es sin condiciones, ya que la reapertura se ha visto acompañada de estrictas medidas impuestas por la Justicia para garantizar la legalidad y transparencia en las operaciones comerciales.
La clausura de La Salada se produjo el 22 de mayo, tras más de 60 allanamientos y la detención de varios líderes del complejo, incluyendo a Jorge Castillo, conocido como el «Rey de La Salada,» y su esposa, así como otros allegados. Estas acciones se llevaron a cabo en el marco de una investigación que involucra acusaciones de evasión fiscal, lavado de dinero, contrabando y asociación ilícita.
A pesar de la presión y las protestas de los feriantes, la Justicia tomó medidas contundentes para asegurar que la reapertura no significara un retorno a las prácticas ilegales que habían llevado a la clausura. El juez federal Luis Armella ordenó la reapertura de los predios Urkupiña, Punta Mogote y Cooperativa Ocean, pero con estrictas condiciones. Entre ellas, se destaca la obligación de bancarizar todas las operaciones, lo que significa que los comerciantes deben utilizar mecanismos bancarizados para realizar transacciones y no aceptar efectivo.
Además, los titulares de los puestos deben cumplir con una serie de requisitos formales. Estos incluyen la registración formal de todos los trabajadores, la prohibición categórica de comercializar productos apócrifos y la obligación de presentar un contrato de locación por cada espacio. También se exige entregar un reporte contable mensual tanto al Juzgado como al Ministerio Público Fiscal. Esto busca garantizar que todos los aspectos de la actividad comercial sean transparentes y regulares.
La reapertura de La Salada se ha caracterizado por un ambiente de control estricto. Los puestos están vacíos y los precios son competitivos, lo que sugiere una intención de recuperar la confianza del público. Sin embargo, la presencia de controles judiciales y estatales es evidente. Los periodistas han reportado que la actividad comercial se desarrolla bajo un fuerte monitoreo, lo que busca prevenir cualquier tipo de irregularidad.
En resumen, la reapertura de La Salada no es solo un regreso a la normalidad, sino un proceso de transformación que busca asegurar que las operaciones comerciales sean legales y transparentes. La Justicia ha impuesto estrictas condiciones para garantizar que los comerciantes cumplan con las leyes y reglamentos, lo que podría sentar un precedente importante en la lucha contra la informalidad y la ilegalidad en el comercio en Argentina.