
Este sábado, el colectivo Ni Una Menos volverá a movilizarse frente al Congreso de la Nación para reclamar por los femicidios y exigir al Estado respuestas efectivas frente a la violencia de género. La consigna que une a miles cada año se mantiene firme: «No hay víctimas buenas ni malas, hay femicidios». El movimiento, surgido en 2015 tras el conmocionante asesinato de Chiara Páez en Santa Fe, impulsa una vez más a la sociedad argentina a no permanecer indiferente ante las muertes de mujeres y disidencias, cuyas vidas son truncadas por la violencia machista.
Durante la jornada, se espera la participación de organizaciones feministas, sociales y políticas, así como de familiares de víctimas y una extensa red de autoconvocados que integran la multitudinaria marea violeta. El reclamo central es el mismo que desde hace casi una década recorre las calles: basta de muertes, de indiferencia institucional, de discriminación y desprotección. Encabezará la movilización el llamado a reconocer sin dobles discursos ni justificaciones que el Estado tiene una responsabilidad indelegable en la prevención, protección y acompañamiento de las víctimas.
El contexto de este año está atravesado por un preocupante aumento de los femicidios: desde enero hasta mayo se contabilizaron 127 mujeres asesinadas, según el último informe del Observatorio de Femicidios de La Casa del Encuentro. Además, referentes del movimiento señalan el impacto negativo de los recortes presupuestarios y el desfinanciamiento de áreas clave para luchar contra la violencia de género, implementados por el gobierno nacional. Por eso, la movilización de este sábado es también una respuesta política que interpela a las autoridades y replica el eco de la frase: «El Estado es responsable».
Las voces que confluyen en la marcha rechazan con fuerza la tendencia mediática y judicial de dividir a las víctimas en “buenas” o “malas”, como si sus historias personales pudieran justificar la violencia sufrida. «No hay motivos que justifiquen un femicidio. Ninguna vida vale menos», señalan desde la organización, impulsando una perspectiva de derechos humanos y género. El documento central, que se leerá públicamente al caer la tarde, trazará además un homenaje a militantes históricas, como Nora Cortiñas, y recordará casos recientes como el triple lesbicidio de Barracas.
A casi diez años del nacimiento de Ni Una Menos, la demanda de respuestas concretas frente a la violencia patriarcal sigue vigente en Argentina. La movilización del sábado buscará, una vez más, visibilizar a las víctimas, reclamar justicia y renovar el compromiso colectivo: vivas, libres y desendeudadas nos queremos.