
En medio de un escenario marcado por la incertidumbre y la preocupación de miles de bonaerenses, el gobierno de la provincia de Buenos Aires ha puesto en marcha un ambicioso Plan Estratégico de Desarrollo Ferroviario. El objetivo principal es claro: revertir la tendencia de desinversión nacional y fortalecer la conectividad entre pueblos del interior. Esta decisión surge en respuesta a las recientes suspensiones de servicios ferroviarios clave, así como al anuncio de la eliminación del trayecto que une General Guido con Pinamar, situaciones que generaron un fuerte malestar social y político en la región.
El ministro de Transporte bonaerense, Martín Marinucci, fue protagonista de una reunión clave con representantes de la Asociación Latinoamericana de Ferrocarriles (ALAF), dando así el puntapié inicial para la planificación conjunta del futuro ferroviario provincial. Marinucci destacó la importancia de diseñar políticas públicas que no sólo contemplen la recuperación de los trenes de pasajeros y cargas, sino que también impulsen el concepto de transporte multimodal: una estrategia pensada para potenciar la logística, fortalecer la industria y el campo, y mejorar la calidad de vida de las comunidades más alejadas.
En este contexto, la provincia de Buenos Aires enfrenta el desafío de responder a una coyuntura nacional adversa, signada por el recorte de fondos y prestaciones implementado por el gobierno de Javier Milei. Uno de los casos más simbólicos es el del trayecto ferroviario General Guido–Pinamar, cuya eliminación motivó a las autoridades bonaerenses a solicitarle formalmente a Nación el traspaso de la línea. Como si esto fuera poco, el ramal Constitución–Bahía Blanca permanece sin servicio desde hace dos años, a pesar de los reiterados reclamos de vecinos y dirigentes de las ciudades afectadas.
Desde el gobierno provincial enfatizan que la recuperación del sistema ferroviario es una apuesta estratégica para fomentar el arraigo y combatir la migración forzada hacia los grandes centros urbanos. La integración ferroviaria no solo implica mejorar la movilidad y el acceso entre diferentes localidades, sino que además representa una herramienta fundamental para dinamizar las economías regionales y reparar desigualdades históricas en materia de infraestructura.
Mientras tanto, las reuniones entre funcionarios, técnicos y actores del sector ferroviario seguirán su curso durante las próximas semanas. El desafío por delante no es menor: sentar las bases de un sistema ferroviario integral, moderno e inclusivo, capaz de enfrentar tanto las urgencias del presente como las necesidades de desarrollo a mediano y largo plazo. En una coyuntura compleja y con recursos limitados, la pregunta de fondo será si las voluntades políticas lograran traducirse en soluciones concretas para los habitantes del vasto territorio bonaerense.