
Entre Expectativas y Realidades: El Turismo en Buenos Aires Encara una Caída Significativa en Comparación con el Año Anterior
La temporada de verano 2024 ha dejado un sabor agridulce en los destinos turísticos de la Provincia de Buenos Aires, con números que reflejan una disminución tanto en la cantidad de turistas como en el consumo general, según el último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Este verano, lejos de las expectativas generadas, ha sido catalogado desde diversos sectores como «un desastre», evidenciando los desafíos que el sector turístico enfrenta en el contexto actual.
Los datos proporcionados por la CAME son elocuentes: la cantidad de turistas que eligió Buenos Aires para sus vacaciones entre el 15 de diciembre y el 29 de febrero disminuyó un 13,7% en comparación con el mismo período del año anterior, que había marcado un récord de visitas. Pese a un febrero ligeramente más activo, gracias a la afluencia de turistas internacionales y a una agenda variada de eventos, la temporada en su conjunto no logró remontar, culminando con 29,2 millones de visitantes y un impacto económico estimado en 5 billones de pesos.
Curiosamente, a pesar de la merma en el número de visitantes, el informe destaca un aumento del 3,5% en el gasto económico total real. Este fenómeno se atribuye principalmente al robusto flujo de turistas extranjeros, quienes, con un gasto diario promedio superior, contribuyeron a este leve ascenso. No obstante, este incremento del gasto no compensa la reducción generalizada de turistas, ni la acortada estadía promedio, que pasó de 4,1 días en 2023 a 3,9 días este año. Tal reducción en los días de permanencia responde a una estrategia de los residentes locales por economizar ante el aumento de precios, que han superado con creces los ingresos promedio, llevando a muchas familias a cancelar o acortar sus vacaciones.
La CAME subraya este último punto con preocupación, señalando que el desajuste entre los precios y los ingresos ha tenido un impacto directo en las decisiones de los consumidores, alterando significativamente los patrones de consumo y permanencia en los destinos elegidos. Esta situación refleja no solo la dinámica del sector turístico sino también los desafíos económicos más amplios que enfrentan las familias argentinas.
La temporada de verano 2024 en Buenos Aires ha evidenciado, por lo tanto, la fragilidad de un sector clave para la economía regional, marcado por una disminución en la afluencia turística y ajustes en el consumo. Estos datos no solo plantean interrogantes sobre las estrategias de promoción y desarrollo turístico en la provincia sino que también llaman a una reflexión sobre las políticas económicas necesarias para reactivar uno de los motores más importantes de la economía local.